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En el vórtice

  |   Alex Neira / Descargos de conciencia   |   Septiembre 03, 2012

Es tiempo de situarnos en el vórtice.

El momento crítico carcome el espíritu más y más.

Toca afrontar la situación extrema con la actitud indicada.

Encontrarnos en el ojo de la tormenta es comprensible.

Lo atroz es encarar los problemas, si bien con muchas ganas, sin el conocimiento pertinente.

Pasar por una crisis es revivir, es empezar de nuevo, es renacer.

Olvidemos el sentido que por lo regular se le da a esta palabra.

Olvidemos lo que piensa la sociedad sobre ella.

 

¿Cada que tanto la mayoría tiene razón?

Percibirnos en el ojo de la tempestad (en el ojo de la tormenta, en el ojo del huracán), es estar en la zona de calma y no como cree el populacho.

Es situarnos donde no corre viento y ver el cielo azul, al margen de girar todo a nuestro alrededor.

Por qué seguir repitiendo lo que de raíz está mal.

Por qué no cambiar nuestra forma de pensar ahora que las cosas marchan cuesta abajo.

Por eso insisto, es ocasión de pararnos en el vórtice.

¡¡¡En el centro de todo ciclón!!!

En el estado de calma por excelencia.

 

Que sólo los meteorólogos sepan el verdadero sentido de estimarnos en el ojo de la tormenta es brutal.

Que de su significado técnico haya pasado a figurar su contrario es prueba palpable de la falta de firmeza para afrontar las crisis.

Claro, el diccionario únicamente recoge lo que es de uso general.

Pero además hay otros diccionarios, otros idiomas que ahora pueden servir de puntal.

En chino por ejemplo, crisis significa además de peligro… ¡oportunidad!

La oportunidad más a lugar si se repara en la realidad que se atraviesa.

Obvio, si se repara en la realidad que se atraviesa.

Kairós, un vocablo griego –una de las deidades alegóricas del tiempo–, designa (en la filosofía griega) el momento preciso para una transformación, para un cambio de mentalidad.

 

Timing, un vocablo inglés, hace alusión al momento idóneo para hacer una cosa y obtener los mejores resultados.

Porque pasar por una crisis, encontrarnos en el ojo de la tormenta, además de ser un periodo de cuidado, es una gran oportunidad para salir adelante con una óptica de vida por completo diferente.

Con una nueva perspectiva, que además nos ha fortificado y contentado de la mejor forma.

Vamos, es tiempo de colocarnos en el vórtice.

¿Por qué preocuparnos por el tamaño de un ciclón?

Que sople y se potencie entre nubes negras, eso no alterará nuestra mentalidad.

Que sople al estilo chiclayano, igual será.

En el vórtice, con el conocimiento idóneo, podremos salir adelante y no ser parte del caos, ese caos que lamentablemente envuelve a los más de nuestros semejantes. 

 

Óleo: El ojo del huracán, José Contreras Bustos.

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