Blogs

Regalo # 1

  |   Alex Neira / Descargos de conciencia   |   Diciembre 07, 2012

Apunta la leyenda: al margen de sus categóricos comentarios, antes de conocerla era pura y completamente un hombre cualquiera.

Acaso único por dentro, pero en cuanto a composiciones, prescindible.

Ya, entiendo, seguro continúa siendo uno más.

Con todo y eso se interpone un detalle.

A partir de conocerla su literatura cambió de tono. 

Estilo.

Descubrió que todos en sí guardamos uno.

Inclusive quienes no se consideran escritores en sentido estricto. 

No se trataba de buscar alguno considerando no tenerlo todavía.

Lo objetivo: reconocer que aparecen personas con un estilo bastante profundo y más que nada original.

Auténtico en cierta forma.

Auténtico al fin y al cabo.

Luminosidad: ir detrás de un estilo es entorpecer el propio estilo.

Y es que, resaltar gracias a un estilo consumado involucra haber primero rebuscado una y mil veces el tono único.

Ir detrás de la conciencia, del fluir turbulento y emocional era el camino a la verdad estilística.

¿Este “dizque” escritor encontró por una mujer de carne y hueso la voz que acompañaría a cada una de sus oraciones y versos?

¿Podría ser esto posible?

¿Qué tendría ella de particular para generar tal cambio?

¿Es que realmente lograría ser veraz semejante decir?

En fin, ahorita se encuentra dicha fémina en el supermercado.

Volverá en cualquier momento.

Acaba de llamar, hasta calculó su retorno en menos de 20 minutos.

Si estuviera acá, igual, nadie más que él captaría su esencialidad.

Peculiaridades.

Su manera de tomar la existencia y de afrontarla y temerla.

Verdad, sí, también de temerla.

Le encanta el turrón mil veces más que los chocolates.

Eso que se conoce como “orden” lo considera fundamental.

Se sirve de él para cada uno de sus múltiples actuares.

No sólo le gusta hacer las cosas bien sino en el menor tiempo estimable.

Sufre de los bronquios, quizá por eso simplemente no fuma.

Antes de dormir gira sus pies como si fueran manos diciendo adiós.

No se detiene hasta caer rendida en los brazos de Morfeo.

Bien abrigada incluso en pleno verano ¡la friolenta!

O acaso la amante apasionada de colchas y mantas.

Cuando se tiende sobre la cama para no dormir, o hacer el amor, suele ver películas de suspense o programas de talentos musicales.

Aunque… no acontece muy seguido.

Eso de ver desde su portátil, programas audiovisuales o multimedias es parte de sus ratos vacíos.

Cuando quiere sentirse mal.

Uy, reconsiderando: no son tan esporádicos.

Ojalá fueran problemas sociales y laborales los causantes de sus repentinos bajones.

Ojalá.

Significaría que su mirada entristecida y humor mustio, que de cuando en cuando la dominan, podrían esfumarse.

En este instante hay alegría por querer hacerle un regalo “detallista” en aras de un futuro con mejor suerte.

(Le ha recriminado a su pareja lo poco esmerado que con ella es).

Él, por eso y por más, sinceramente quisiera darle un regalo muy, muy minucioso.

Emotivo, peculiar y trascendental por su cumpleaños.

Peculiar para los demás.

No tanto para ella que sabe bien cuánto sobrecoge a su compañero la composición lírica.

Si bien, por otro parte, no es común hacerla literatura para que la lean otros.

Él, no es que no tenga nada que darle aparte de poemas o cuentos, o relatos o algo así.

Él en el fondo comprende que su forma de mirar la vida, y así también de afrontarla y temerla, es distinta por ella.

Por eso le duele verla de repente ida.

-Ruega que sea por los problemas exterioresss-.

Dirá más de uno: por qué otra razón, al menos lógica, sería.

Cierto, será él… que suele conocer de cerca también estos estados.

Será quizá lo mucho que piensa en la posible vida de ella ya sin su existencia.

Serán miedos propios de toda persona que ama.

Será, como ella siempre le dice cuando lo sorprende apesadumbrado, es un terco dramático.

No puede entender que hasta quienes son felices pasan por instantes amargos.

Como sea, es su forma de ser.

Piedra angular de su estilo, centro de su huella, fuerza de su voz, suavidad y rotundidad de su tono.

Es parte vital de su manera de expresar sus pensamientos y sentimientos.

Sí, “estilísticamente hablando” aprendió a oír sus pulsaciones por ella, su estilo es ella.


 

Una cosita: Releyendo se recuerda que la vida no es sólo amor, tómese por eso el presente texto como un ramillete de rosas solamente, como un primer regalo.

Compartir en

Facebook   Twitter   WhatsApp

283 Vistas    

Comentarios

0 comentarios

Déjanos un comentario

Visita mas contenido

Da clic Aquí para que revise otras publicaciones sobre Blogs