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La lanza de Aquiles

  |   Alex Neira / Descargos de conciencia   |   Diciembre 24, 2013


Muy conocido es el modismo “talón de Aquiles”, pero de lo que se escucha poco es de su lanza; de “la lanza de Aquiles”.

Asunto raro pues así como es común que cualquiera tenga un punto débil -evidentemente no sólo en un talón-, asimismo es de mortales experimentar los estragos de su lanza, o sea, inclusive sufriendo males o inconvenientes cualquier cándida paloma o reputado hijo de puta, de repente se puede conseguir un beneficio “interior”. Ser por último productivo el puro mal padecido en principio.

También es parte de la biografía de las personas.

Yo hace poco sufrí la incrustación de la lanza de Aquiles. Obvio, el dolor fue en carne viva, padecí como Télefo el hechizo de la punta de la lanza de Aquiles con intensidad desconocida hasta entonces. Así, sin entrar en sentimentalismos, luego de lamer mis heridas, quisiera recordar a Télefo. O mejor dicho a los Télefos de hoy como ayer y de seguro mañana.

(Si de metáforas sobreviven los desconsolados ¡pues va!).    

Télefo, de estar vivo y mantenerse el gobierno de entonces, sería el rey de la actual Turquía. Cuando se choca con Aquiles era rey de Misia, antigua región del noroeste de Asia menor, que justamente ocupa hoy en día este país.  

Télefo debió enfrentar a Aquiles cuando los Aqueos iban rumbo a Troya. No es que él se buscó su daño, en realidad el destino que se impuso lo obligó a defender los intereses de su gente, una vez enterado del desembarco de los Aqueos en su tierra salió a luchar con la finalidad de evitar una invasión mortífera.

Télefo, luego de varios combates, definitivamente sería herido en una pierna por el, hasta entonces, implacable favorito de Zeus. 

Poco después fue notando como su herida no sanaba y es ahí cuando comprendió la magnitud del poder de este guerrero. Si bien lo inimaginable hasta entonces sucedió. Según el oráculo de Apolo, el mismo objeto que le había producido el daño lo podía curar. Increíble. Habrá pensando: “yendo a la boca del lobo puedo restablecerme”.

Claro, tampoco era tema personal para Aquiles la lucha con Télefo. Digamos que para este señor las contiendas y los heridos o muertes generadas por su participación, eran simplemente gajes del oficio.

Con Héctor, a quien enfrentaría poco después, el asunto tuvo otro fondo, ya que la ira y la venganza lo dominarían. Será por eso o por la simple necesidad de detener sus pesares que Télefo se disfrazaría de mendigo e iría en búsqueda de aquella espada y su óxido hasta las mismas puertas de Troya, donde ya acampaban los Aqueos.

Tampoco se trata de afirmar que la letra con sangre entra. Pura y simplemente se pretende determinar que el castigo o el abuso más violento e injusto puede acarrear un repunte por completo productivo para quien lo padece por el mismo hecho de recibirse.

Te harán daño tus seres más queridos, empezando por no valorar tu talento, por no creer en tu realización personal; verán en tu forma de vivir no a un sujeto consecuente y hasta proactivo (aparte de talentosísimo), no a un artista de verdad sino a un sujeto inmaduro con ya canas y patas de gallo. No obstante, antes de llorar hasta maldecir su incomprensión, te servirá para reconcentrarte en tus ideales, para perdonar su falta de miras artísticas y hacer las paces, primero que nada contigo mismo, retomando el ritmo de siempre, continuando en tu camino de progreso interior con mayor osadía: revitalizado, reintegrado, revalorizado y potencializado; en tu elemento, dispuesto a no guardar ni una pizca de rencor, ni tampoco dudas de tu vocación y perseverancia.

 

http://angelpichon.blogspot.com/2008/09/aquiles-hroe-tesalio-hijo-de-tetis-y-de.html

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