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¿Asociación Civil Cultural “Sócrates”?

  |   Alex Neira / Descargos de conciencia   |   Febrero 04, 2014

Mi nombre es Alex Neira. Quizá ya me conoces. Eso sería bueno. Tengo la impresión debo caerte mal, entonces sería genial. Ya si aparte de una cierta antipatía por mi personalidad desconfiaras de mi papel como presidente de esta institución, como gestor cultural, entonces ¡genial! Permíteme explicarte. “Sócrates”, una Asociación Civil Cultural… no es una logia, ni pretende ser una hermandad. Nada de cogernos de las manos e ir al bosque cantando la misma cancioncita. Nada de fumar de la misma pipa. Nada de usar la misma camiseta o bailar en círculos al repiqueteo del mismo tambor. No se nos ha pasado por la cabeza procurar ser un equipote o alguna especie de ismo. No pretendemos volverte un “camarilla”, ni mucho menos. Un seguidor (a), o como se señala en otros ámbitos: “fans”.

Dejamos todas estas monerías para gente que antes de fomentar cultura ansía “groupies”. Por el contrario, queremos siempre dudes, busques discutir, pretendas explicaciones. Por eso es una convocatoria abierta –aunque para quienes se consideran artistas o gestores culturales–. Por eso, sin poner un céntimo y sin más que tu talento y seguridad, se te daría la oportunidad de ser parte de la asamblea, que es el máximo órgano de una Asociación Civil, por encima del presidente a tal punto que puede ser expulsado por la misma si no se desenvuelve de acuerdo a los lineamientos para los cuales justamente ha sido constituida la institución. De ahí eso de “tener voz y voto, con capacidad de ocupar cualquier lugar legalmente”. 

Cuando se me pidió redactar los Principios y Fines de “Sócrates”, a los cuales desde luego tienes acceso así como al estatuto, dejé claro “que la cultura puede y debe perfeccionar la vida de los ciudadanos, mediante la lucha contra la educación utilitarista y simplemente instrumental, así como contra los medios de comunicación indiferentes con su papel educador inherente, imposibilitando la cultura esencial para que las personas puedan ampliar su sensibilidad y conocimientos antes que embrutecerse con entretenimientos y espectáculos consumistas”.  O sea, buscamos personas con criterio, en una palabra “malpensantes”. 

A mí me fascina imaginar que me conoces y dudas de mí –significaría no sufres de inocencia arcangélica ni de estupidez supina–, yo sinceramente me considero un malpensante “profesional”, quizá porque alguna vez creí y colaboré para otras causas; no sé si te habrá pasado a ti pero en muchos casos ser colaborador era bueno hasta cuando coincidía con los pareceres de los jefes, ni bien pensaba de manera diferente a los directores o dueños o gestores se me hacía a un lado. Ya no era “bienquisto” y entonces se prescindía de mis servicios. Por eso, para que no te percibas una pieza descartable te proponemos algo tangible y legal –igualdad de oportunidades–, donde destacarán los integrantes más que nada por sus propuestas y méritos artísticos.

Por otro lado, vemos a demasiados grupos culturales sin representación jurídica, que hacen sus labores sin un trasfondo legal, lo cual al final los convierte, en el mejor de los casos, en gigantes con pies de barro, dado que la marginalidad, la falta de apoyo patrocinador y de roce institucional los termina por desanimar ante la indiferencia de los grandes potentados, quienes sólo apoyan cuando ven un beneficio a nivel jurídico: documentos que puedan utilizar para disminuir tributos o ganar respeto por su vocación de empresas con “responsabilidad social empresarial (RSE)”.

Ahora bien, si tú no me conoces “nadita”, de alguna forma bastante me estás conociendo a través de estas líneas. Y nada más por hoy, te esperamos este 6 de febrero a las 8: 30 de la noche en la Dirección Desconcentrada de Cultura de Lambayeque (Ex INC). Ahí entraré en detalles sobre lo que involucra pertenecer a la Asociación Civil Cultural “Sócrates”. 

“Siquiera mis primeros diez años de artista no supe lo que era mezclarme entre otros hipersensibles. Fue como vivir debajo de la tierra. Entre aturdido y reconcentrado en mi perfeccionamiento. Nunca esperé ya salir a la luz. Los años pasaron. Errores comenzaron a enseñar con intermitencias de claridad meridiana. Soy un sobreviviente de mí mismo. Ese que fui. Tengo marcas. Heridas. Incluso contusiones existenciales aún en el cuerpo. Afronto la vida contradiciendo a ese loco de mierda que alguna vez habitó en mi ser. Y aunque en términos generales no me arrepiento de los callejones por donde he vagabundeado sé ya algo. Pude ahorrarme ciertos pesares y debilidades. Como intentos de terminar conmigo. Mi arte ahora se muestra incluso a pesar mío. Ya vez. Un escritor no es en estos tiempos sólo un sujeto que se sienta a armar oraciones profundas y originales. Es necesario usar otras armas. De ahí el intentarlo a través de esta organización. Procurar que otros no pasen por tanta marginación. Sangría emocional. Maldita soledad. Autodestrucción. Desesperanza. Desesperanza. Desesperanza. Desesperanza. Angustias. Porque hacer arte no es vivir como un perro sarnoso y callejero. Drogarte a mil por hora. Caer en complejos y resentimientos sociales. ¡Maldecir al mundo por ser un fuera de lugar!”. 

https://www.youtube.com/watch?v=YS4p-s1Urno&feature=youtu.be

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