Blogs

Sutil diferencia

  |   Alex Neira / Descargos de conciencia   |   Junio 08, 2012

Pensando en un amigo del colegio, quien murió hace unos dos años de un paro cardíaco, acabo pasmado por una de las tantas ironías de la existencia. 

Cuando nos conocimos recorríamos los 13 años.

En segundo de secundaria se reagruparon otra vez las aulas, así por eso del azar, terminamos por tratarnos durante 8 horas de lunes a viernes.

Al presente, a mis 33, al enterarme de su muerte me sobrecogieron diversas escenas recordándolo.

Cosas que ni siquiera sabía guardaba en la memoria y el corazón.

De repente volví a quererlo como alguna vez.

Hasta me pregunté con exaltación por qué no lo busqué, pues al año siguiente tuvo que abandonar el Pardo.

Varias ocasiones como universitarios, nos encontramos y alzamos la mano, pero jamás volvimos a pararnos a conversar tal y como cuando teníamos 13.

Lo rememoro carismático e ingenioso como muy pocos.

Verdadero mirlo blanco.

Me enteré que se había casado y radicaba en Lima. 

Ingeniero Civil.

No fumaba.

Tampoco bebía. 

No era obeso ni menos adicto a algún estupefaciente. 

Y a pesar de todo murió “de un paro”.


Este fragmento lo anoté hace como un año.

Lo releo justo luego de enterarme con detalles, de un hombre que durante 40 años ha consumido múltiples tipos de drogas.

Fuera de excesos de otra índole (como la gula y los video-juegos).

Tabaco, alcohol, yerba, coca, distintos ácidos, heroína, quaaludes, rohypnol, entre otras sustancias.

Ahorita pienso en el genoma de Ozzy Osbourne.                                       

Aunque seguro ni un poco como lo hace el científico Nathan Pearson. 

En tanto, sigue respirando el roquero drogadicto por excelencia.

Ciertamente, debe estar ya por la mitad de su estudio el señor Pearson: Cómo diablos sigue vivo tras 40 años “sumergido y ciego”. 

Mi lejano amigo en cambio partió recién pasados los 30, y con un estilo de vida, pongamos, normal.


Ahora bien, además de regresar a releer olvidadas y mustias anotaciones, y pasmarme nuevamente con las ironías del vivir, asimismo recapacito sobre los proyectos de vida.

Aquella noticia acerca de Ozzy Osbourne me la leyó un conocido, amante de las desmesuras y seguidor inconsciente de los poetas malditos.   

Entre contorciones y exclamaciones arengaba dejar de preocuparnos por la salud.

Y bueno, eso no es novedad como característica de un individuo cualquiera.

Este sujeto apasionado, culto y delirante, en cierta forma reacciona como cualquiera de sus semejantes.

Vemos lo que queremos ver.

Aunque… distingo una diferencia.


Mi lejano amigo, al menos a los 13 años, solía esforzarse por no dejarse arrastrar por sus pasiones.

A disfrutar, y con ganas, pero a la vez de todo un poco.

Y por lo que averigüé de él en cierta forma continuó igual.

Templado.

Y cierto, en todas las culturas siempre se ha admirado al valiente, y no al cobarde.

Y así también al que disfruta de los placeres y no al que deambula esclavo de un placer.

Lo admite alguien que en todo caso estaría más cerca del roquero que del lejano amigo.

 

Foto del blog: Alex Neira.

Foto del texto: Ozzy Osbourne.

Compartir en

Facebook   Twitter   WhatsApp

261 Vistas    

Comentarios

0 comentarios

Déjanos un comentario

Visita mas contenido

Da clic Aquí para que revise otras publicaciones sobre Blogs