Una de las primeras historias que me fascinó fue la del flautista de Hamelín.

Ratas y ratones han representado algo oscuro y maligno desde muy temprana edad.

Y a pesar de haber sido tildado hace un ratito cosa parecida…

Y a pesar de haberme sentido durante muchos años ratón de laboratorio…

Me siguen atrayendo las metáforas que conjuguen a estos animales.

Involuntariamente, antes de leer los títulos de las revistas observo las imágenes.

Me encuentro con un hombre de barba abundante y descuidada, de atuendos desaliñados y en posición desgarbada.

Digo para mis adentros: “¡Tiene una pinta de drogooo!”.

Acto seguido voy al título.

Resulta que este sujeto es un biogerontólogo, asimismo autodidacta en  genética y computación.

Aunque loco también podría estarlo.

Salir a decir que podríamos en un futuro no muy lejano poder vivir 500 años, y que para probarlo sólo falta una gran inversión multimillonaria… confunde un poco a primera impresión.

Con todo, Aubrey de Grey es un consumado científico, especialista de la vejez; y de paso pareciera un brillante divulgador de la ciencia.

Se le entiende cuando aclara que sufrimos daños a nivel celular y molecular antes que nada.

Encima… que haya fundado el Premio del Ratón Matusalén –Methuselah Mouse Prize-, y desde el 2003…

Ser rodenfílico no es sólo guardar un profundo aprecio por ratas y ratones.

Lo relevante es que lo pueden ser personas tan nobles y solidarias como el científico Aubrey de Grey, o el reformador social, Jeremy Bentham.

Si bien este pionero de los derechos de los animales lo fue en toda la extensión de la palabra.

Los roedores en su casa gozaban de privilegios superiores a los de las mascotas de quien fuera.

Por otra parte, gente de aquí y de allá, con poca o mucha experiencia, acaba por aceptar una rata de alcantarilla en su vida.

Muchos, y muchas, terminan por callar los abusos y deliquios de sus parejas.

¿Habrá algún día un flautista de Hamelín capaz de detener “un problema mayor por una suma asequible”?

¿El alcalde y los regidores de la ciudad, como en esa leyenda echa cuento, serían mezquinos y desleales a pesar de los beneficios concedidos?

Tal y como la gente común y silvestre.

En el peor de los casos, fiel reflejo de nuestra idiosincrasia.

Por lo demás, eso no sería el problema en sí.

Si mal no me acuerdo políticos somos todos.

Las plazas y las calles son las armas.

Y las cruces de nuestra comunidad.

Democracia: libertad, ética, ciudadanía.

Barbarie, miseria, ignorancia.  

Y ratas y ratones y rodenfílicos del bien y rodenfílicos del mal. 

Lápiz polícromo: Virginia Reverdito